Los últimos dos años de mi vida trabajé en una empresa que por mucho; me dejó un gran ahorro en gasolina.
Está relativamente cerca y es maravilloso trabajar cerca de tu casa. En mi trabajo anterior me aventaba más de una hora y cuartito pues trabajaba al otro lado de la ciudad y tenía aparte que volverme una temeraria y meterme a Gonzalitos.
Los últimos dos años de mi vida no tenía por que pararme en el centro de Monterrey ni tuve por que salir de mi zona si no fue por gusto y jamás en horas pico.
Para no hacerla tan larga; después de no se cuanto tiempo de no ir a la civilización, regreso a llevar a mi hermano al dentista y en el forajido trayecto me quisieron aventar la mordida nada más y nada menos que "3" oficiales de tránsito.
Sinceramente no sabía si ladrar o ponerme a llorar!!
Al primero la verdad que le grité como loca, estaba enojadísima, me bajé del carro y le dije que me llevara al mentado letrero de "principia zona escolar" y el me dijo que iba arriba de 30, que fácilmente venía a 40!!!!
Total que el tiempo es dinero y se le estaban escapando un par como yo, vio que no me iba a sacar ni un suspiro y me dejó ir sin más.
El segundo la verdad me agarraró más cansadona de la manejada y el calor así que le pedí que me diera mi multa mientras susurraba que no volvería al centro de la ciudad y se me resbaló un pin#$$% centro; Le dio risa y me dejó ir.
El tercero, pues la verdad que ya ni lo pelé y me seguí. Como atrás de mi venía otro mas acalorado, púes mejor se entretuvo con él.
Lo evidente es que la crisis esta perrísima por que estos están lobísimossssss.
Mi experiencia me dejó que una buena combinación entre ladrar y llorar es el mejor remedio para escaparse sin una multa y sin un asalto a la cartera, claro, cuando no has cometido ninguna falta :P
Silocibina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario